Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 300 minutos
Tiempo de cocción: 15 minutos
Categoría: Postres
Una caja de galletas tipo María
Una pizca de sal
75 gr. de mantequilla
Un paquete de frambuesas frescas
450 gr. de queso fresco batido
Un tarro de mermelada de frambuesas
200 ml. de nata para cocinar
175 gr. de azúcar
11 láminas de gelatina
200 ml. de nata para montar
Para disfrutar de una riquísima tarta de queso y frambuesas sin horno lo primero que debemos hacer es triturar las galletas. Para ello las ponemos en una bolsa de bocadillo y pasamos un rodillo por encima hasta que estén molidas. Entonces las mezclamos con la mantequilla a temperatura ambiente y removemos bien hasta formar una pasta.
Colocamos la pasta en la base de un molde de tartas desmontable, de manera que la recubra totalmente. Para ello, aplastamos un poco la pasta con los dedos. Reservamos en el frigorífico.
A continuación ponemos ocho láminas de gelatina a hidratar con agua y reservamos. Aparte, ponemos la nata de cocinar en una cacerola, a fuego medio-bajo. Cuando esté caliente, pero sin llegar a hervir, la apartamos del fuego, incorporamos la gelatina y removemos para que se disuelva. Posteriormente añadimos el azúcar y removemos bien.
Echamos cuatro cucharadas de mermelada de frambuesas en un colador y colamos la mermelada sobre la nata que tenemos mezclada con el azúcar y la gelatina. Después añadimos el queso fresco batido y un poco de sal, y removemos bien. Reservamos.
Con unas varillas montamos la nata de montar, que tiene que estar muy fría. Después vamos añadiendo la nata montada a la mezcla anterior que tenemos reservada, pero poco a poco, y removiendo con movimientos envolventes.
Sacamos la base que tenemos reservada en el frigorífico y echamos en el molde, sobre la capa de galletas, la mezcla que hemos conseguido. Después, volvemos a meter de nuevo el molde en el frigorífico un mínimo de dos horas.
Mientras, preparamos la cobertura de frambuesas. Para ello ponemos las láminas de gelatina restantes a hidratar con un poco de agua. Aparte, colocamos diez cucharadas de mermelada de frambuesas en una cacerola, junto con un puñado de frambuesas frescas, y calentamos sin que llegue a hervir. Entonces apartamos del fuego la cacerola y le añadimos las láminas de gelatina. Removemos y dejamos que se enfríe ligeramente el conjunto.
Por último, sacamos la tarta del frigorífico, una vez se ha cuajado, la desmoldamos y echamos por encima la cobertura que hemos preparado, y volvemos a reservar en el frigorífico durante dos horas, para que termine de coger cuerpo. Y la tarta ya está lista para comer. ¡Deliciosa!
Introducción de la receta
La tarta de queso y frambuesas sin horno tiene muchas ventajas. En primer lugar, lo fácil que es de hacer. Queda vistosa y resulta ideal para personas que no tengan mucha experiencia en la cocina. Está, además, muy rica. No lleva ni mucho tiempo, ni mucho dinero, ni mucho esfuerzo.