Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 200 minutos
Tiempo de cocción: 25 minutos
Categoría: Postres
Dificultad: Fácil
30 gr. de galletas tipo María.
125 gr. de mantequilla.
500 gr. de queso fresco.
200 ml. de nata líquida.
Una cucharadita de esencia de vainilla.
12 hojas de gelatina neutra.
200 gr. de azúcar.
300 gr. de frambuesas.
250 ml. de zumo de manzana.
250 ml. de agua.
Unas gotas de colorante rojo alimenticio, opcional.
Para realizar una riquísima tarta de queso fría con frambuesa, lo primero que debemos hacer es la base. Para ello trituramos las galletas hasta convertirlas en polvo y después le añadimos la mantequilla derretida. Mezclamos bien y ponemos la masa que hemos conseguido en el fondo de un un molde de tartas desmontable, previamente engrasado con mantequilla. Apretamos bien con los dedos y reservamos en el frigorífico.
Ponemos 6 hojas de gelatina en agua fría para que se vayan hidratando. Mientras, montamos la nata líquida, que tiene que estar muy fría. Aparte, en otro bol, mezclamos el queso con 150 gr. de azúcar y la vainilla, y batimos bien para que todos los ingredientes queden bien integrados. Reservamos.
Ponemos a calentar un poquito de agua, exprimimos la gelatina y la añadimos al agua caliente, removiendo hasta que se disuelva. Después, le añadimos primero una parte de la mezcla de queso que teníamos reservado, removemos bien, y le añadimos el resto.
A continuación le añadimos la nata montada, pero poco a poco. Removemos con movimientos envolventes hasta que todos los ingredientes estén bien mezclados. Entonces volcamos la mezcla sobre la base de galletas que hemos preparado anteriormente. Extendemos bien para que ocupe toda la superficie y quede una superficie lisa. Reservamos en el frigorífico unas cuatro horas, para que cuaje.
Transcurrido este tiempo preparamos la cobertura. Para ello, ponemos a hidratar otras 6 hojas de gelatina en agua fría. Aparte, echamos en una cacerola el zumo de manzana, el agua y el azúcar sobrante, y si queremos un color más brillante unas gotas de colorante alimenticio de color rojo. Lo ponemos a fuego medio, removemos, y cuando la mezcla esté caliente añadimos la gelatina, pero procuraremos que no llegue a hervir.
Después, retiramos del fuego y, mientras se enfría, cubrimos toda la superficie de la tarta con frambuesas, que pueden ser fresas o congeladas. A continuación vertemos por encima de ellas la gelatina que hemos hecho, y guardamos en el frigorífico durante una hora más, para que la tarta termine de coger cuerpo, antes de servirla. ¡Deliciosa!
Introducción de la receta