Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 10 minutos
Tiempo de cocción: 7 minutos
Categoría: Salsas
Dificultad: Fácil
Media taza de agua
300 gr. de azúcar
En mi casa se consumen muchos helados, bastantes flanes y algún que otro pastel. Pero casi siempre van acompañados de una salsa de caramelo casera. No cuesta nada hacerla, y el sabor de los postres cambia radicalmente.
Cuando llegan invitados también me gusta decorar los platos con esta salsa. Presentar una bola de helado sola parece que no dice mucho, pero si la ponemos en un plato bonito y jugamos un poco con la salsa de caramelo, parecerá sacado de la cocina de un repostero profesional.
Para preparar una deliciosa salsa de caramelo lo primero que debemos hacer es poner aproximadamente media taza de agua en una olla, a fuego fuerte.
Mientras se calienta, cogemos una cacerola pequeña y echamos el azúcar. Lo ponemos a fuego suave, removiendo sin parar, hasta que adquiera un color dorado. Debemos tener en cuenta que no debemos pasarnos dorándolo, porque si no el caramelo queda amargo.
Echamos el agua hirviendo poco a poco, mientras removemos con una cuchara para que no se pegue. Damos unas vueltas más y cuando veamos que la salsa de caramelo adquiere la textura adecuada retiramos del fuego y envasamos para ser utilizada cuando queramos. Si queremos una textura un poco más cremosa podemos añadir un poco de nata líquida.
Yo suelo echar la salsa de caramelo en un recipiente especial para salsas que permite el cambio de boquillas, para después poder jugar con el grosor de la salsa en el plato. ¡Buenísimo!
Introducción de la receta