Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 40 minutos
Tiempo de cocción: 15 minutos
Categoría: Cocina internacional
Dificultad: Fácil
2 tazas de harina
Media taza de agua
250 gr. de carne picada
Un tercio de taza de cebolla picada
1 diente de ajo
2 huevos
2 cucharadas de queso parmesano
Un cuarto de taza de perejil picado
Aceite de oliva
Para hacer unos riquísimos raviolis rellenos de carne podemos elegir entre comprar la masa o hacerla en casa. Si tenemos una máquina con un accesorio para hacer raviolis podemos hacerla en casa. Para ello mezclamos la harina con el agua y amasamos bien hasta obtener una masa homogénea.
Realizamos con la masa una bola y la cubrimos con film. Después, la dejamos reposar durante 20 minutos para que quede más elástica.
Transcurrido este tiempo la aplanamos con un rodillo o con una máquina para hacer pasta. Si tenemos el accesorio para raviolis y el cortador de raviolis lo utilizaremos, para que la pasta quede perfecta.
Una vez tengamos los raviolis cortados preparamos el relleno. Para ello echamos un poco de aceite de oliva en una sartén, a fuego medio. Cuando esté caliente añadimos la cebolla y el ajo bien picados, y cuando éstos estén dorados la carne. Damos vueltas hasta que esté hecha. Entonces retiramos la sartén del fuego, escurrimos el líquido y la dejamos enfriar.
Cuando la carne esté fría añadimos los huevos batidos, el perejil picado y el queso parmesado rallado. Mezclamos bien todos los ingredientes y procedemos al relleno de los raviolis, poniendo una cucharadita en cada una de las láminas de pasta. Después ponemos otra por encima y sellamos ambas.
Para cocer los raviolis ponemos a fuego medio una cacerola con abundante agua y una cucharada de aceite. Cuando hierva el agua echamos los raviolis y movemos ligeramente la cacerola con las manos para evitar que se peguen. Dejamos que se hagan durante unos minutos, hasta que veamos que la pasta está blanda, pero firme.
En este punto sacamos los raviolis con una espumadera, con mucho cuidado para que no se rompan y procurando eliminar todo el agua sobrante, y los pasamos a un plato hondo o una fuente.
Sólo queda servir con nuestra salsa preferida, que puede ser una sencilla salsa de tomate. Si queremos, podemos espolvorear un poco de queso rallado y, opcionalmente, decorar con un poco de albahaca fresca. ¡Deliciosos!
Introducción de la receta