Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 75 minutos
Tiempo de cocción: 35 minutos
Categoría: Postres
5 huevos
Un poco de sal
120 ml. de leche
115 gr. de azúcar
150 gr. de harina
100 gr. de mantequilla
200 ml. de nata
200gr. de crema pastelera
75 ml. de zumo de limón
La piel rallada de un limón
Para disfrutar de unos riquísimos profiteroles de limón lo primero que tenemos que hacer es poner a precalentar el horno a 200º C. A continuación ponemos en una cacerola dos cucharadas de azúcar, la leche, 120 ml. de agua, un poco de sal y la mantequilla. La dejamos a fuego medio hasta que comience a hervir.
Cuando comience a hervir retiramos la cacerola del fuego y echamos la mezcla en un recipiente y añadimos los huevos, uno a uno, batiendo bien cada vez para que se integren con el resto de ingredientes.
Forramos una bandeja con papel de horno. Tomamos una cuchara y vamos echando encima de la bandeja pequeñas porciones de la mezcla que hemos conseguido, separadas entre sí. Después, metemos la bandeja en el horno y horneamos durante unos 12 minutos.
Transcurrido este tiempo bajamos la temperatura del horno a 180º C. y horneamos otros 12 minutos. Después de esto sacamos la bandeja del horno y dejamos enfriar.
Mientras se enfrían los profiteroles preparamos el relleno. Para ello semimontamos la nata y la mezclamos con la crema pastelera utilizando movimientos envolventes. Reservamos.
Aparte, ponemos la ralladura del limón, el zumo del mismo y el resto del azúcar en una cacerola, y la llevamos a fuego medio, removiendo hasta obtener un almíbar.
Partimos los profiteroles ya fríos por la mitad, sin llegar a separar las dos partes completamente, y los rellenamos con una mezcla de la crema y la nata, al tiempo que los rociamos con el almíbar que hemos preparado. Y ya están listos. ¡Riquísimos!
Introducción de la receta
Los profiteroles de limón están deliciosos. El secreto de su éxito se encuentra en su delicioso sabor a partir de un relleno sabroso y exquisito. Un postre perfecto para celebraciones o para sorprender a tus invitados. Haz más de los que piensas. ¡Vuelan en cuanto los sacas a la mesa!