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Mermelada de Pera

Mermelada de Pera

Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 45 minutos
Tiempo de cocción: 35 minutos
Categoría: Guarniciones
Dificultad: Fácil

Ingredientes para preparar Mermelada de Pera

1/2 kg. de azúcar
700 gr. de peras
1 limón

Cómo preparar Mermelada de Pera

La mermelada de peras es una receta cómoda y fácil, que sale riquísima, especialmente si las peras son de temporada. Si estás cansado de combinar la tradicional mermelada de melocotón con la de fresa, esta alternativa hará que vuelvas a amar los desayunos y las meriendas.

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Yo, como tantas personas, me gusta utilizar una amplia variedad de mermeladas en el desayuno, para acompañar las tostadas o el queso de Burgos. Me encantan la de fresa, la de naranja y la de higos, entre otras, pero si tuviera que quedarme con una quizá sería con la de pera, ya que es una mermelada muy completa, que tiene color y sabor.

Es ideal para hacer cuando hemos comprado peras de más y no las hemos consumido, o aprovechando que es temporada y tenemos un buen producto. Elaborar esta receta es muy sencillo.

Para empezar, lavamos bien peras. Las secamos, les quitamos la piel y las cortamos en trozos, desechando la parte central.

Trituramos los trozos, dejando la textura que más nos guste. Hay quienes prefieren que la mermelada lleve trozos de fruta y quienes la prefieren más pasada.

Vertemos la pera triturada en una olla y añadimos medio kilo de azúcar y el zumo de medio limón, que actuará como conservante.

Ponemos la olla a fuego medio durante media hora. Hay que remover casi constantemente con una cuchara de madera, para que no se pegue.

Pasada media hora, retiramos la mermelada del fuego cuando ésta tenga el espesor deseado, teniendo en cuenta que aún espesará un poco más cuando se vaya enfriando.

Mientras se enfría, ponemos una olla grande con abundante agua a fuego vivo. Cuando hierva, introducimos los tarros de cristal donde vamos a guardar la mermelada y los dejamos unos minutos, para esterilizarlos.

Sacamos los tarros del fuego y los dejamos enfriar. Después, vertemos en ellos la mermelada, hasta el borde. Tapamos los tarros y los dejamos boca abajo, para que hagan el vacío. De esta manera, la mermelada se conserva mejor.