Porciones / número de personas: 1 persona
Tiempo de Preparación: 60 minutos
Tiempo de cocción: 50 minutos
Categoría: Guarniciones
Dificultad: Fácil
1/2 kilo de azúcar
3 piezas de fruta grandes
1 limón
Casi todas las frutas admiten convertirse en mermeladas, pero para acertar hay que escoger las de temporada, ya que son las que están en su punto óptimo de dulzor y, además, salen más económicas.
En primer lugar, lavamos la fruta y la pelamos, conservando la piel.
A continuación la cortamos, eliminando las semillas si las tuviera.
Metemos la fruta pelada y cortada en una cacerola, junto con la piel y lo ponemos a fuego suave, dejándolo durante unos cuarenta minutos. Es necesario que estemos un poco pendientes, dándolo una vuelta con una cuchara de madera de vez en cuando.
Por último, añadimos el azúcar y el zumo de limón y lo dejamos, también a fuego suave, otros diez minutos. Retiramos del fuego y lo dejamos enfriar.
La mermelada espesará algo según se vaya enfriando y corremos el riesgo de que se nos solidifique demasiado. Para saber si la está en su punto justo de cocción ponemos un poco de mermelada en un plato. Pasamos un dedo por encima y dejamos una marca. Si los bordes de esa marca se juntan es que a la mermelada le falta algunos minutos de cocción. Si no, es que ya hecha.
Y otra cosa que hay que tener en cuenta es el envasado. Un aspecto muy importante, porque te permitirá conservarlas para poder hacer cantidades mayores, lo cual te resultará más cómodo que hacer la mermelada semanalmente.
Lo mejor es envasarla al vacío. Para ello utilizaremos botes de cristal con tapa, que herviremos durante unos minutos en una olla con abundante agua para esterilizarlos.
Una vez tenemos la mermelada hecha, y todavía caliente, rellenamos los botes hasta el borde, ponemos la tapa y los damos la vuelta, dejando que la mermelada se enfríe por lo menos 24 horas. Después, la almacenaremos en un lugar fresco y seco, etiquetándola para saber de qué fruta es y cuándo la hemos realizado.
Foto: http://www.flickr.com/photos/akane86/
Introducción de la receta