Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 110 minutos
Tiempo de cocción: 20 minutos
Categoría: Postres
330 gr. de mantequilla
10 ml. de esencia de vainilla
150 gr. de azúcar
200 gr. de chocolate negro
Un huevo
210 gr. de harina de repostería
6 gr. de sal
90 gr. de cacao en polvo
3 ml. de bicarbonato sódico
230 gr. de azúcar glas
15 ml. de leche
Para disfrutar de unas riquísimas galletas Oreo caseras lo primero que hay que hacer es derretir 220 gr. de mantequilla calentándola en el microondas. Después, la dejamos enfriar un poco y derretimos el chocolate.
A continuación colocamos el azúcar en un recipiente amplio. Batimos con la mantequilla utilizando unas varillas y a continuación echamos el chocolate fundido y la mitad de la esencia de vainilla, y volvemos a batir. Por último, añadimos el huevo y batimos hasta que se integre.
Aparte, mezclamos la harina con una pizca de sal, el bicarbonato y el cacao en polvo. Tamizamos encima de la mezcla que hemos preparado anteriormente, y removemos hasta conseguir una masa homogénea.
Metemos la masa en el frigorífico una hora y después la colocamos en un film, haciendo que tenga forma alargada, con unos 6 centímetros de diámetro. Dejamos en la nevera este rollito durante dos horas, para que tome cuerpo.
Transcurrido este tiempo precalentamos el horno a 170º C. Cortamos la masa en porciones de unos 5 milímetros y las distribuimos en una bandeja forrada con papel de hornear.
Horneamos durante unos 20 minutos. Transcurrido este tiempo dejamos enfriar las galletas y vamos preparando el relleno.
Para ello batimos con unas varillas el resto de mantequilla, hasta que esté cremosa. Después le añadimos el azúcar glas y el resto de la esencia de vainilla, y volvemos a batir. Incorporamos la leche y una pizca de sal, y batimos de nuevo.
Colocamos una cucharadita de relleno entre dos galletas, así hasta que se terminen las galletas. ¡Deliciosas!
Introducción de la receta
Las galletas Oreo caseras están deliciosas y, pese a lo que pudiera parecer, son sencillas de hacer. No te llevarán mucho tiempo, ni mucho dinero, ni mucho esfuerzo, y el resultado salta a la vista. Son perfectas para el desayuno, para la merienda o para picar entre horas. ¡Siempre apetecen!