Porciones / número de personas: 6 personas
Tiempo de Preparación: 140 minutos
Tiempo de cocción: 10 minutos
Categoría: Panes y bollos
75 gr. de harina de fuerza
Dulce de membrillo
35 gr. de levadura de pastelería
250 ml. de leche templada
95 gr. de mantequilla
1 huevo
Una pizca de sal
100 gr. de azúcar
25 gr. de azúcar glas
Para hacer unas riquísimas donas rellenas de membrillo, lo primero que debemos hacer es poner en una encimera la harina en forma de montaña, con un agujero en el centro. Después, colocamos dentro 75 gramos de mantequilla a temperatura ambiente, la levadura desmenuzada con los dedos, la sal, el azúcar, el huevo y la mitad de la leche, que tiene que estar templada.
Amasamos los ingredientes y, según vayamos viendo que la masa lo va necesitando, vamos añadiendo el resto de la leche, pero poco a poco. El resultado tiene que ser una masa elástica y manejable.
Dejamos reposar la masa en un sitio templado y tapada con un paño limpio y seco hasta que doble su volumen. Entonces vamos tomando pequeñas porciones que estiraremos con el rodillo hasta crear una lámina fina.
Cortamos la masa en cuadrados y en el centro ponemos una cucharadita de dulce de membrillo. Después unimos los cuatro picos del cuadrado en el centro y amasamos con la mano con cuidado hasta hacer una bola.
Dejamos las bolas con la unión hacia abajo sobre una bandeja de horno forrada con papel de hornear, y volvemos a tapar con un paño para que vuelvan a aumentar su volumen.
A continuación ponemos a precalentar el horno a 180º C., con calor por arriba y por abajo, y cuando esté caliente metemos las donas y horneamos durante unos diez minutos, o hasta que veamos que están doradas. Entonces sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Cuando las vayamos a servir fundimos el resto de la mantequilla en el microondas y las pintamos con la ayuda de una brocha de cocina, para después echar un poquito de azúcar glas por encima. ¡Deliciosas!
Introducción de la receta
Las donas rellenas de membrillo están deliciosas. Si las donas ya son exquisitas sin ningún tipo de relleno imagínate si cuando muerdes combinas su irresistible sabor con el del dulce de membrillo. El resultado es un bollito tierno y sabroso, que hace las delicias de todo el que lo prueba.