Porciones / número de personas: 1 persona
Tiempo de Preparación: 5 minutos
Categoría: Aperitivos y Tapas
Queso, a elección
Entre las diferentes formas de rallar queso la más común, probablemente, es utilizar un rallador plano, que suele tener un mango adherido y una plancha alargada y llena de dientes afilados. Con estos ralladores obtendremos trocitos finos de queso, por lo que es una fórmula perfecta para rallar un queso duro, como el parmesano, pero no resulta adecuada para un queso blando, como la mozzarella.
El mejor truco para rallar con este instrumento es apoyarlo en un plato y deslizar suavemente un trozo no demasiado grande de queso de arriba abajo, hasta que obtengamos la cantidad que deseemos. Después, solo tendremos que golpear ligeramente el rallador, para conseguir todo el queso que se ha quedado pegado al rallador. Los trozos que no caigan los podemos retirar con una brocha de repostería.
Otro método es utilizar un rallador de cuatro lados, que tiene diferentes dientes en cada uno de ellos. Los dientes grandes son ideales para los quesos blandos, como el havarti, pero deberás escoger el lado que mejor se adapte a tus necesidades. Como truco, añadiendo un poco de aceite con un aerosol en el lado que vayas a utilizar verás cómo te resulta más fácil rallarlo. Después, solo hay que apoyar la base del rallador y deslizar el queso de arriba a abajo.
También se puede rallar queso con un rallador giratorio, siguiendo las indicaciones del fabricante. Este tipo de ralladores son más seguros para las manos y más cómodos si tienes que rallar grandes cantidades de queso, por ejemplo si quieres hacer unos nachos.
Sin embargo, para rallar queso en trocitos más grandes, lo mejor es hacerlo con un pelador de patatas o un cuchillo. En estos casos, nos será más fácil manejar el queso si ha estado refrigerado. Este sistema tiene la ventaja de que puedes hacer los trocitos tan grandes como desees. ¡Deliciosos!
Introducción de la receta
Hay diferentes formas de rallar queso y todas ellas válidas. Elegir una u otra fórmula dependerá de los instrumentos que tengamos más a mano, de cómo necesitamos que nos quede el queso rallado o de nuestros propios gustos. El resultado será distinto, pero el sabor no cambiará. ¡Siempre estará delicioso!