Porciones / número de personas: 4 personas
Tiempo de Preparación: 10 minutos
Categoría: Salsas
Dificultad: Fácil
125 ml. de vinagre de vino
Media cabeza de ajo
750 ml. de aceite de maíz
1 taza de perejil fresco
El zumo de un limón
1 cucharada de postre de ají molido
Media cucharada de postre de pimienta negra
1 cucharada de postre de pimentón
1 cucharada de postre de orégano
Esta receta es perfecta para carnes asadas. En mi casa, como les gusta a todos, la ponemos directamente incorporada a la carne, pero cuando vienen invitados prefiero dejarla en una salsera para que la gente se vaya sirviendo a su gusto.
La descubrí gracias a una amiga, que es un enamorado de la carne argentina, aunque no tiene ni idea de cocinar. Me la recomendaba cuando íbamos a algún restaurante argentino, así que probé a consumir la que venden en los supermercados, pero no me convencía.
Un día descubrí un libro de recetas argentinas y me animé a hacerla, y desde entonces acompaña a mis carnes de vez en cuando. ¿Lo mejor? Lo fácil que es de hacer y que no tengo que salir a buscar los ingredientes cuando quiero realizarla, porque son bastante comunes y están siempre en mi cocina.
Para que esta salsa salga en su punto lo primero que debemos hacer es picar muy bien el ajo y el perejil, ya que si los trozos son muy grandes luego tiene una textura que no es muy agradable.
Después, mezclamos con el resto de ingredientes. Yo, para que queden bien mezclados, utilizo un truco que a mí me parece muy cómodo: metemos el zumo de limón, el aceite y el vinagre en una botella de cristal, y luego el resto de ingredientes sólidos. Agitamos bien y luego podemos verter la salsa en un bol o bien ir utilizándola directamente de la botella.
Los más puristas utilizan una rama de romero o de laurel para extender la salsa sobre la carne. Yo soy menos tradicional y más práctica, así que utilizo una brocha de cocina, que me resulta más cómodo. ¡Buen provecho!
Foto: http://gustavosansone.blogspot.com
Introducción de la receta