Porciones / número de personas: 8 personas
Tiempo de Preparación: 180 minutos
Tiempo de cocción: 45 minutos
Categoría: Postres
Dificultad: Fácil
300 gr. de queso tipo Philadelphia
250 ml. de agua
750 gr. de cerezas
75 gr. de harina
2 yogures naturales
3 huevos
400 gr. de azúcar
200 gr. de galletas de chocolate o vainilla
75 gr. de mantequilla
Para realizar un riquísimo cheesecake de cereza lo primero que vamos a hacer es dejar preparadas las cerezas. Para ello tendremos que lavarlas y deshuesarlas, intentando mantener la cereza bastante entera.
A continuación, ponemos el horno a precalentar, a 180º C, con calor por arriba y por abajo. Mientras se calienta, derretimos la mantequilla dejándola unos segundos en el microondas y la juntamos en un bol junto con las galletas trituradas. Para triturarlas podemos hacerlo con un robot de cocina o metiéndolas en una bolsa de bocadillo y pasando un rodillo por encima repetidamente.
Cogemos un molde desmontable para tartas y lo engrasamos con un poco de mantequilla. A continuación, forramos el fondo con la pasta que hemos conseguido, apretándola bien para que quede compacta, y reservamos en el frigorífico.
Aparte, echamos en un bol los yogures y el queso, y mezclamos bien. Reservamos.
En otro recipiente echamos los huevos y 150 gr. de azúcar. Los batimos bien y después les añadimos la harina tamizada, pero lo haremos poco a poco. Mezclamos bien hasta que todos los ingredientes estén bien integrados. Después, les incorporamos la mezcla de los yogures y el queso.
Cuando estén bien mezclados todos los ingredientes echamos la mezcla resultante sobre la base de galletas que tenemos en el molde y metemos éste en el horno durante media hora aproximadamente.
Mientras se va haciendo la tarta ponemos en un cazo el agua con 250 gr. de azúcar. Damos vueltas hasta que se disuelva el azúcar y entonces incorporamos las cerezas. Bajamos el fuego y dejamos que se vaya haciendo un almíbar durante unos diez minutos aproximadamente. Entonces sacamos las cerezas con una espumadera y las reservamos, dejando el almíbar restante en el fuego, para que se ponga aún más denso. Cuando veamos que está lo suficientemente consistente como para echarlo por encima de la tarta apartamos del fuego y reservamos.
Sacamos la tarta del horno y la dejamos enfriar sobre una rejilla antes de desmoldar. Después repartimos las cerezas que teníamos reservadas sobre la superficie y echamos el almíbar sobre ellas. La tarta la conservaremos en el frigorífico un mínimo de dos horas hasta el momento de consumirla. ¡Exquisita!
Introducción de la receta