Porciones / número de personas: 3 personas
Tiempo de Preparación: 20 minutos
Tiempo de cocción: 10 minutos
Categoría: Pescado
Dificultad: Fácil
Aceite de oliva
300 gr. de bacalao en filetes
Media cucharadita de levadura en polvo
1 cucharada de maizena
2 huevos
Harina
Tengo que reconocerlo: me encanta el bacalao, cocinado de cualquier manera. Una de mis recetas favoritas es el bacalao rebozado y lo he probado en multitud de restaurantes, pero ninguno como el que hace mi suegra, que lo borda.
Yo creo que su secreto está en el rebozado, que le queda crujiente y a la vez esponjoso. Ella dice que para que quede en su punto también es importante no escoger lomos de bacalao demasiado gruesos.
Siguiendo al pie de la letra sus indicaciones he logrado hacer un plato que a mis hijos y a mi marido les encanta. Un par de trucos y sale riquísimo.
En primer lugar, debemos batir bien los huevos, pero en vez de hacerlo con un tenedor, como de costumbre, lo haremos con una batidora que lleve el complemento de las varillas.
A continuación se incorpora la maizena, la levadura y un poco de harina. Volvemos a batir con las varillas y vamos incorporando poco a poco harina. Es importante ir haciéndolo lentamente para calcular el espesor, ya que no nos tenemos que pasar, y hacer una mezcla muy espesa, pero tampoco quedarnos cortos, y que está muy líquida.
A continuación, pasamos por harina los filetes de bacalao que sean más bien finos. Sacudimos la harina sobrante y los pasamos por la mezcla del huevo, la maizena, la levadura y la harina.
Ponemos una sartén a calentar con abundante aceite de oliva y, cuando esté caliente, vamos friendo el bacalao, hasta que coja su característico color dorado. Serviremos en cuanto esté hecho el último filete, para que no se enfríe mucho.
Foto: http://commons.wikimedia.org/
Introducción de la receta