Porciones / número de personas: 1 persona
Tiempo de Preparación: 40 minutos
Tiempo de cocción: 5 minutos
Categoría: Guarniciones
2 patatas
Aceite de oliva suave
Una pizca de sal
Una cucharada de vinagre
Para conseguir patatas fritas muy crujientes lo primero que hay que hacer es pelar y cortar las patatas. Después, podemos seguir dos simples trucos. El primero de ellos tiene como objetivo quitarles el exceso de almidón y para ello es necesario hervirlas unos diez minutos en agua con sal y una cucharada de vinagre por litro de agua. Esto hace que la patata pierda el almidón, pero mantenga la pectina, lo que permite que quede crujiente por fuera y suave por dentro.
Cuando las saquemos del agua las pondremos a escurrir en un colador y las secaremos con papel de cocina. El resultado serán unas patatas más firmes y amarillas. Mientras se van enfriando sobre el papel de cocina, vamos calentando el aceite de oliva en una sartén para freírlas. Cuando estén fritas, las echaremos un poco de sal y listas para consumir.
El segundo truco para que queden más crujientes pasa por realizar una doble fritura. Para ello, hay que calentar el aceite en una sartén a unos 200º C, ya que al introducir las patatas pierde temperatura. Freímos las patatas unos 50 segundos, moviéndolas de vez en cuando, y después las sacamos a una bandeja forrada con papel de cocina. Las dejamos enfriar media hora y después realizamos la segunda fritura (si queremos, entre la primera y la segunda fritura las podemos congelar y así quedarán más crujientes).
Para realizar la segunda fritura debemos volver a calentar el aceite a 200º C. Freímos las patatas, pero esta vez durante tres minutos y medio, hasta que adquieran su característico dorado. Después, las sacamos sobre una bandeja forrada con papel de cocina, para que se absorba el aceite sobrante, las echamos un poco de sal y comemos inmediatamente, antes de que se enfríen. ¡Deliciosas!
Introducción de la receta